Son numerosos los edificios emblemáticos que tiene Sevilla, pero también son muchos los grandes desconocidos que se puede encontrar, basta con tener un poco de curiosidad e investigar acá y allá hasta dar con el lugar recóndito.
En esta ocasión me referiré a un sitio que su fachada exterior no es ajena para los sevillanos, es la llamada Torre de los Perdigones y a ese desconocido, tal vez, raro, efecto o magia que en su interior se produce. Este singular edificio está situado estratégicamente en el límite norte del casco antiguo, en el entorno de un parque que ocupa unos 18.000 m2., cerca del Puente de la Barqueta. Sin embargo, ese secreto merece ser visitado para experimentar nuevas sensaciones. Desgraciadamente, son muy escasos los visitantes. Quizá por desconocimiento o por falta de promoción de las entidades culturales de la ciudad.
Esta arquitectura, un tanto peculiar, de torres también se le denomina “torre de tiro” y en Andalucía existen varias: en Almería, Adra, Córdoba, Linares, La Carolina, Cádiz y la que nos ocupa Sevilla.
En la actualidad, esta torre de 45 metros de altura constituye el único resto que se conserva de una de las industrias metalúrgicas de Sevilla para la transformación del plomo: perdigones, balas y planchas de zinc para las famosas bañeras de la época y otras manufacturas. La Fábrica San Francisco de Paula, conocida como la Fundición Mata, fundada en el año 1.885por Manuel de Mata y Muñoz, ubicada en la calle Resolana, en el Barrio de la Macarena, de Sevilla. Un lugar emblemático por su cercanía al cauce del río Guadalquivir y al antiguo trazado del ferrocarril que discurría por su margen izquierda, conocida como la calle Torneo.
Considero interesante resaltar algunos apuntes históricos de esta factoría. Esta fundición mantuvo su actividad hasta finales de la década de 1.950, quedando abandonada y en progresivo deterioro. Poco a poco fueron desapareciendo las diferentes naves y construcciones que formaban el complejo y sólo quedó en pie la torre. La dejadez y abandono por parte de las instituciones gubernamentales hizo que el entorno se convirtiera en un asentamiento chabolista. En algún plan de ordenamiento y desarrollo para ampliación en esta zona de la ciudad, incluso, estuvo a punto de la demolición
Transcurrieron los años y en las vísperas de los preparativos para celebrar la Exposición Universal de 1.992 el Ayuntamiento de Sevilla restauró la zona. Aunque las principales obras de acondicionamiento se realizaron en los años 2.005 y 2.007.
¿Te imaginas poder espiar lo que ocurre a tu alrededor sin que nadie se percate de tu presencia…? Y ¿observar con asombrosa nitidez lo que sucede a cientos de metros de distancia…? Sí, es posible. En la Torre de los Perdigones, en la parte más alta donde se encontraba el horno en el que se fundía el plomo desde el día 28 de Marzo de 2.007 se convierte en un instrumento óptico: la “Cámara Oscura.”
Como referencias, Aristóteles y Euclides ya escribieron acerca de cámaras oscuras 500 años a.C. Y más tarde, en el siglo IX d.C. Ibn al-Haytham, matemático, astrónomo y físico iraní, describió esta idea en su Libro de Óptica. Esta invención, también llamada cámara estenopeica fue la precursora de las actuales cámaras fotográficas.
Si la primera Cámara Oscura instalada en España fue en Cádiz en el año 1.994, en la conocida Torre de Tavira, la primera en Europa se encuentra en Eger (Hungría) colocada en el año 1.776 según los planos del astrónomo Maximiliam Hell. Otros ejemplos son las de Clifton, en Bristol en 1.829 y la de Edimburgo del año 1.835. Reino Unido es el país con mayor número, cuenta con 17 instalaciones.
Y ahora comienzo la visita a este peculiar lugar. He tenido suerte porque soy la única persona curiosa que en el día de hoy, domingo a las 12.00 horas he llegado hasta aquí. Tras la espera de unos minutos por si se agrega alguien más, la joven guía — ejerce de recepcionista y muestra el funcionamiento del equipo — cierra la puerta de acceso .Subimos en el ascensor hasta la última planta de la torre.
Un pequeño habitáculo totalmente oscurecido: pintado de negro, sin luz a excepción de la obligatoria de emergencia.
El sistema consiste en una pantalla circular, un espejo y un juego de lentes de aumento, estas últimas insertadas al final de un tubo situado encima de la pantalla a modo de periscopio. La luz, al pasar por el objetivo del periscopio y reflejarse en el espejo, proyecta la imagen exterior sobre la pantalla cóncava.
Entonces, se produce la magia. Comienza a proyectarse imágenes de Sevilla en directo, viva y con movimiento. Unas imágenes en tiempo real del exterior y la oportunidad de hacer un recorrido turístico por Sevilla sin salir de una pequeña habitación a oscuras.
Son sorprendentes las panorámicas que se pueden ver desde las alturas, ese es el misterio que guarda el interior de la Torre de los Perdigones: que se reflejen en el fondo de una circunferencia blanca de un metro de diámetro que gira 360 grados. Y ahí, comienza la diversión del juego, como en ¿Dónde está Wally?, ahora es reconocer los emblemáticos lugares de la ciudad de Sevilla: la Giralda, Plaza de España, Las Setas de la Encarnación, Estadio Olímpico, la Cartuja, el Parlamento… y una larga lista que llega hasta la zona del Aljarafe y entornos que la circundan. Por otro lado, es curioso observar sin ser vista a las personas que caminan por las calles, tienden la ropa en las azoteas o toman el sol, esperan el bus o para cruzar al otro lado de la calle. Sin lugar a dudas, una manera de estar “volando” sobre Sevilla sin despegar los pies del suelo.
De hecho, creo que este es el principal atractivo de la Cámara Oscura, además de conocer cómo fueron los inicios de las fotografías y todo lo que han progresado las investigaciones tecnológicas.
Mientras converso con la joven guía, ella se encarga de girar el espejo y manejar la pantalla para enfocar los diferentes puntos de la ciudad hispalense. Si quiere mostrar algo situado más lejos o más cerca, ajusta la nitidez de la imagen, simplemente subiendo o bajando la altura de esta mesa, al igual que hace un fotógrafo cuando gira la rueda de enfoque del objetivo.
Otro atractivo, es el excelente mirador instalado en la zona exterior de la torre. Una especie de jaula que rodea la fachada desde el que se obtienen espectaculares fotografías. Sólo para personas que no sufran de vértigos.
Aunque hacía años conocí la Cámara Oscura en la Torre de Tavira, en Cádiz, mi visita aunque tardía a la de Sevilla, mi ciudad, ha sido todo un placer y muy divertida.
Sin duda, es una visita que aconsejo porque encontrarás aspectos desconocidos de la ciudad desde un punto de vista nada usual, sobre todo curioso por el sistema empleado.
Fuente de datos: Revista Sevilla actualidad.
Artículo diario El Correo de Andalucía: “Otra manera de conocer Sevilla”.
elisaimellado.wordpress.com 