Para vivir una experiencia no hace falta ir a ningún lugar lejano para buscar aventuras, aunque a mí me fascina viajar a cualquier sitio. Me interesa visitar todo aquello que me hace vibrar de emoción y que la adrenalina invada mis sentidos. Esto lo pude percibir en el recorrido que hice por el Caminito del Rey, la senda colgada, a más de 100 metros de altura sobre el río Guadalhorce, en el Parque Natural del Desfiladero de Los Gaitanes. Declarado Paraje Natural en 1.989, con una extensión de 2.016 hectáreas. Y, sólo a unos 150 kilómetros de Sevilla, mi ciudad.
Casi dos meses transcurrieron desde que reservé la entrada. Por fin, un día del mes de marzo de 2.016 mi deseo se cumplió.
El Caminito del Rey es sin duda uno de los lugares más espectaculares de la provincia de Málaga. Un espacio natural enclavado entre los municipios de Álora, Ardales y Antequera. Abarca desde la Sierra de Huma, la Sierra de Pizarra hasta el mismo desfiladero. Toma su nombre de la visita que realizó el entonces rey del país Alfonso XIII en 1.921 para la inauguración del Pantano El Chorro.
El peculiar sendero tuvo su origen entre los años 1.901 y 1.905 ante la necesidad que requería los trabajos que tenía realizar la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro para la construcción del pantano. Debido a las dificultades de acceso, la opción elegida fue la espectacular obra de ingeniería: una pasarela de losas de cemento arriostradas a las paredes rocosas. Un estrecho camino para que los operarios y los transportes de materiales pudieran desplazarse de una orilla a otra del río Guadalhorce. Después, este camino fue utilizado por los vecinos de los pueblos aledaños para acortar las distancias.
Sin embargo, hacía más de veinte años que los habitantes de la zona dejaron de usarlo ya que el trazado de cemento había sufrido importantes deterioros con desprendimientos a lo largo del trayecto. Finalmente, y como una solución de urgencia para evitar más sucesos, en el año 2.001 se procedió a la voladura de sus entradas por Álora y Ardales para impedir el acceso de los escaladores que frecuentaban la zona.
Decidida la rehabilitación por parte de los organismos oficiales y tras un arduo trabajo y elevado coste económico se inauguró el 28 de Marzo de 2.015.
Como curiosidad he recopilado algunos datos sobre los materiales empleados. Para la construcción del nuevo Caminito del Rey, trazado encima del original, se han utilizado 15.000 tablas de madera, tratada de pino rojo, a lo largo de la pasarela; se han colocado 1.500 metros de malla metálica de acero inoxidable trenzado de un metro de ancho. También se han instalado en el recorrido las ménsulas y los jabalcones -barras ancladas a la pared de acero inoxidable-. Parte de los trabajos verticales en las paredes rocosas han sido efectuados por alpinistas y espeleólogos.
Como información orientativa. El recorrido total del Caminito del Rey es de 7,7 Km de los cuales 4,8 Km son de accesos por la pista forestal y 2,9 Km desde el comienzo y el final de la senda colgada sobre el cauce del río.
El tiempo estimado para realizar el recorrido completo es de unas 4 a 5 horas. Hay que tener en cuenta que para llegar hasta la zona de la pasarela la distancia es considerable.
Sólo hay un acceso de entrada a El Caminito del Rey situado en la zona Norte, en la carretera que une las localidades de Ardales y Campillos. Justo al lado del Restaurante El Kiosko, un cartel informativo.
Después de atravesar un estrecho túnel de apenas dos metros de alto, recorrí el trecho forestal para llegar hasta la Caseta de Control situada junto al edificio de la central eléctrica. Una vez verificada la entrada reservada, previa presentación del DNI, y siguiendo las pautas horarias de las visitas se formó un grupo de 50 personas bajo la dirección de un guía. Con un intervalo de media hora se volvía a formar un nuevo grupo. Sólo admiten 500 visitas/día. Es obligatorio el casco de protección y seguir unas estrictas normas de seguridad y comportamiento.
El grupo en el que formé parte comenzó la andadura del tramo de la pista forestal. El río Guadalhorce trascurría paralelo al sendero. Unas estupendas vistas, sin duda, un sitio ideal para empezar mi sesión fotográfica. Aquí empezaba la verdadera puerta de acceso al Caminito del Rey. Tras pisar las primeras tablas de madera de la pasarela, intuí el aviso de que la cautela alcanzaba el punto más álgido. A mi derecha, mi cuerpo casi rozaba con la pared rocosa. A la izquierda el vacío, sólo protegido por una barandilla de malla metálica y gruesos cables de acero. Bajo mis pies más de 100 metros de profundidad. Una vez que inicié el recorrido sabía que era un camino de ida y no de vuelta, ya que la salida se encontraba en la parte Sur, conocido como El Chorro. Un grupo de aves, supongo que rapaces, revoloteaban en círculo por encima de los riscos. El colorido de las formaciones rocosas parecía un descolorido arco iris.
Superada la primera parte de la pasarela, este segundo tramo se internaba en el espectacular Desfiladero de los Gaitanes. La sensación de seguridad cobró protagonismo, mis pasos eran firmes. Como ya me había sucedido otras veces, descubrí que el miedo me había abandonado. De forma compulsiva, el disparador de la cámara digital no dejaba de clikear. Era una verdadera belleza el entorno paisajístico.
Era tan impresionante mirar hacia los cortantes picos que se alzaban hacia el cielo como ver, justo debajo, el cauce del río que se abría paso entre el angosto pasillo. Las rampas se convertían en escalones y la pared vertical ya resultaba sobrecogedora. Parte del antiguo camino de cemento se alternaba con el nuevo. Zonas con canales de agua e incluso una cueva que atravesé agachada. Todo el paisaje me parecía tan irreal que, a veces, echaba a volar mí imaginación como si me estuviera descubriendo otro planeta. El silencio era expectante interrumpido por los graznidos de las aves y el agua que saltaba entre los desniveles de las rocas. Desde la barandilla, contemplaba entusiasmada como se estrechaban las paredes escarpadas, la ilusión óptica del momento me hizo creer que las podía tocar con la mano.
Sin lugar a dudas, después del impresionante recorrido el elemento más característico fue contemplar el arco suspendido del nuevo puente colgante sobre el Desfiladero de los Gaitanes. Está construido encima del anterior, con una altura de 105 metros y 34 metros de longitud. Para atravesar al otro lado, por precaución, sólo se admite el paso de 6 a 7 personas cada la vez. Llegó mi turno. Intenté atravesarlo lo más rápido posible, pero su estructura flexible se balanceaba bajo mis pies. Menos mal que no sufro de vértigo pero me “acongojé” un poco.
La última parte, como abrazada a la pared, la pasarela bordeaba el desfiladero descendiendo en tramos de escaleras que se aproximaba al sendero forestal que llegaba a la zona de aparcamientos.
Disfruté del espectacular paisaje y la experiencia fue fantástica. He de decir que la sensación de seguridad era total.
Un lugar que merece la pena conocerlo, estoy segura de que no te dejará indiferente.
Hoy día 28 de Febrero de 2.017 se celebra EL DIA DE ANDALUCIA